La verdadera conversión de un cristiano (Parte 1) | Nissi Channel
La verdadera conversión de un cristiano. Según la vida del apóstol Pablo. Basado en el libro de los Hechos.
Dayana Acosta – Nissi Channel
A Pablo lo conocemos por ser el más influyente de todos los cristianos. Ninguno de los seguidores de Jesús contribuyó tanto como él a establecer los fundamentos de la doctrina cristiana.
En los primeros años de su vida a Pablo se le conocía por ser un ferviente perseguidor de la Iglesia de Jesucristo, era un asesino de cristianos. Su celo por defender las creencias y tradiciones de su cultura judía lo hicieron ser un hombre violento, iracundo, intransigente y perverso.
Él estaba decidido a erradicar a los seguidores de Jesús de la faz de la tierra y por ello los perseguía sin compasión, actuando en nombre de Dios (es impresionante ver como en nombre de Dios hay personas que hacen verdaderas atrocidades. Evidentemente no es Dios quien las dirige, sino el mismo Satanás, quien los tiene cegados para que sigan deleitándose en las pasiones de la carne).
Tal vez el evento más notable y transcendental de la vida de Pablo fue su conversión. La biblia nos cuenta que, camino a Damasco, lo rodeó un resplandor de luz del cielo que lo hizo caer a tierra. En ese momento escuchó una voz que le decía:
… Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?
Él dijo: ¿quién eres, Señor? Y le dijo: yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón. (Hechos 9:4-5)
Nace un nuevo Pablo después de la caída
Al caer al suelo el orgullo de Pablo, su obstinación y su sapiencia fueron quebrantadas.
Jesús mismo le dijo que no tenía sentido que siguiera luchando en contra de Él.
Del suelo se levantó un hombre realmente convertido, lleno de humildad, de misericordia y de amor. Convencido del llamado que tenía y dispuesto a darlo todo por hacer la voluntad de Dios.
Su conversión fue inmediata, pero no porque Dios lo haya tocado de una forma diferente a como te tocó a ti o a mí. Su conversión fue inmediata porque Pablo reconoció que era un pecador al que Dios le había perdonado mucho.
Se sentía agradecido por esa oportunidad que Dios le había dado de librarse de seguir siendo un mal hombre y, por eso amó a Dios con todo su corazón, con toda su alma, con toda su mente y con todas sus fuerzas (Marcos 12:30).
La verdadera conversión de un cristiano muestra frutos de arrepentimiento
Cuando nos convertimos a Jesús nuestro cambio debe ser notable. No podemos seguir siendo los mismos.
Es lamentable que las Iglesias estén llenas de personas que son cristianas de boca, pero no de corazón; de personas que dicen creer en Jesús, pero no se han determinado a vivir una vida para glorificarlo a Él; de personas que se creen buenas, pero que en realidad siguen siendo pecadores deliberados que pisotean la sangre de Cristo porque están empeñados en vivir la vida a su manera.
Muchos dicen haberse convertido a Dios, pero sus acciones muestran todo lo contrario. Pablo, es un claro y vivo ejemplo de lo que la verdadera conversión debe producir en las personas.
Su vida en Cristo representa un modelo de pasión, de perseverancia, de amor, de fe, de fortaleza,… pero sobre todo representa el perfil que debería tener todo creyente de la Iglesia de Jesucristo y, en especial, de aquellos que quieren ser un instrumento para hacer cosas extraordinarias por y para el Señor.
En una próxima entrega les contaremos acerca de los frutos que debe producir la verdadera conversión en un cristiano.
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Excelente prédica, que nos deja una reflexión magnífica sobre el cambio que debe tener un verdadero cristiano.
Dios hace milagros en cada persona que le acepta y le abre su corazón.
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